viernes, 5 de febrero de 2016

Fernanda Reyes entrevista a Guillermo Cerviño Porto






Un poco sobre ti...
Soy de Pontevedra, Galicia, nacido en 1978. Autor de Los secretos de Sara (Ed. Verbum) y The guardian of thougths (American Star Books) siendo esta útima traducción de la novela en castellano El guardián de los pensamientos. Soy colaborador del periódico digital PontevedraViva.com y algunos de mis relatos han sido publicados en antologías y recopilaciones.





Tus últimas novelas...


Los Secretos de Sara es una novela de lectura agradable y ritmo frenético en la que el lector se verá atrapado en conspiraciones, emocionantes infidelidades, traiciones, sexo y venganza. La ironía y el humor, las armas predominantes de sus personajes. La intriga nos llevará de la mano hasta un sorprendente final. Sara tiene diecisiete años y es implacable. Una bomba de relojería. Posee una fuerte determinación, un plan en la mente y las armas perfectas para desarrollarlo. Su belleza, su gran inteligencia y las mil y una hormonas propias del adolescente se mezclarán con explosivas y peligrosas consecuencias alcanzando a todo aquel que ose cruzarse en su camino. ¿Su objetivo principal? Destruir un imperio, el de su propia familia, el de Marsh & Fernández y sus depredadores. Pero Sara, contrariamente a los rumores que cada día se extienden a toda velocidad por la ciudad de Pontevedra, no es un monstruo. Ella es especial. Única. Y despierta pasiones y emociones por doquier. Y enamora a todo aquel que logra alcanzar su corazoncito, lleno de bondad y amor no correspondido. Solo quiere que la quieran, que la entiendan. Que la sigan en sus locuras. Y no hacerlo no es una buena idea.


Conoceme un poco más...

  • ¿Dónde le gustaría vivir?
Sin duda, mi respuesta a esa pregunta cambiaría cada pocos meses. Mi opinión es que, vivas donde vivas, has de permanecer lo suficiente para tomar cariño a la tierra y a la gente y sentirte parte de todo ello. Creo que una vida sería suficiente. Lo cual no significa que no quisiera visitar y disfrutar de cada rincón de este planeta, por supuesto.

  • ¿Por cuáles errores tiene mayor indulgencia?
Es una pregunta demasiado sencilla para lo complejo de la respuesta. El ser indulgente nunca debe ser sinónimo de condescendiente y es algo que mucha gente confunde. Sobre todo en casos determinados. Por ejemplo, es algo natural reprochar a la gente que nos rodea cuando estamos condicionados por el mal humor, la frustración, la enfermedad o el dolor y somos incapaces de ver que solo quieren ayudarnos. Siempre vemos en las acciones del prójimo errores y torpezas intolerables cuando nosotros mismos somos incapaces de preguntarnos por qué lo hacen o cuál ha sido en motivo de su «error». La respuesta a esa pregunta tan sencilla nos descubriría la mezquindad de nuestro comportamiento en un ochenta por ciento de las ocasiones. Creo que la intolerancia es uno de esos defectos innatos que debemos ir corrigiendo a lo largo de la vida para ser mejores personas. El camino: evitar que nos superen las emociones y pensar siempre antes de actuar. Y aun sabiéndolo, o creyendo saberlo, como es mi caso, es algo muy difícil de hacer.

  • ¿Su ideal de felicidad en la tierra? 
Muchas veces me he parado a pensar, como supongo que habrá hecho todo el mundo alguna vez, en qué cambiaría de mi vida si tuviera más capacidad adquisitiva o si saltase a la fama por alguno de mis trabajos. Todos tenemos un montón de sueños sin los que nos sería imposible seguir viviendo, eso es innegable, pero muchas veces creo que en el fondo de nuestro corazón no queremos que dejen de serlo. Necesitamos que sigan existiendo como tales porque solo así alimentarán nuestras ilusiones y nuestra esperanza. Claro que me gustaría que se cumpliesen mis sueños, solo que tal vez algunos (o muchos, no lo sé) no se plasmarían en mi realidad tal y como los había preconcebido en mi imaginación. Otros, sin embargo, me ayudarían a vivir más cómodamente del mismo modo que ahora hago. ¿Qué si sería más feliz? Por supuesto que sí. No obstante, estoy convencido de que la felicidad no es sino una sensación efímera que asoma de vez en cuando la cabeza para decirnos lo bien o lo mal que estamos en ese momento, y que por eso, nada de lo que puedas conseguir alterará eternamente lo mucho o poco feliz que te sientas en este mundo. Hablo en términos generales, porque siempre existen un montón de excepciones. En mi caso, si tuviese en mi poder El Diablo de la Botella (Dios no lo quiera) dedicaría igualmente mis horas del día a las cosas que amo y que necesito, a mi familia y a mis amigos. El tener más o menos dinero no debe cambiar tu mecanismo interno si sientes que estás cumpliendo tu papel en este mundo.

  • ¿Quiénes son los héroes de novela que prefiere?
Hay muchos. Citaré algunos de ellos: El comisario Adamberg, por su pasmosa tranquilidad y su peculiar pero efectiva inteligencia. Rodion Romanovitch Raskolnikof, por su bondad dentro de su maldad… o a la inversa. El pistolero, de King. El profesor Van Helsing, de Drácula. Edmond Dantés del maestro Dumas. Hay tantos… Mi actual lectura, Los viajes de Tuf de R.R. Martin, me está descubriendo un protagonista que responde a las preguntas que se le van haciendo de una manera… digamos, lógica en exceso. Uno nunca sabe dónde empieza la inocencia y termina la ironía. Es muy entretenido.

  • ¿Su músico favorito?
La música cambia con el momento y el estado de ánimo, la compañía, la situación… No creo que le sea fácil a ningún amante de la música citar un solo nombre. Muchísimos y de variados estilos son los artistas que me gustan y a cada poco intento descubrir nuevas voces en plataformas de música libre como Jamendo. Pero si alguien llega especialmente a mi corazón, esas son las melodías del maestro y compositor Frédéric Chopin. Ojalá estuviese vivo.

  • ¿Qué cualidad prefiere en el hombre?
Honestidad y honradez, no en la palabra (o no solo) ni la demostración pública, tal y como se ven obligados personalidades políticas y demás, sino también en la actitud. Tarde o temprano, esos valores perdidos aflorarán en las personas que los poseen y todos podrán verlos, admirarlos y sentirse orgullosos.

  • ¿Y en la mujer?
Dos son los principales para mí, en orden de importancia: La bondad, sobre todas las cosas. Porque no hay nada que tenga mayor valor en una persona. Y esto también lo aplico a la anterior pregunta. La inteligencia. Lo digo porque creo en esa «especial» agudeza de los intelectos femeninos. Y porque la inteligencia es un atractivo sin igual.

  • ¿Cómo quisiera morir?
Quisiera quedarme para ver cuán lejos puede llegar nuestra raza humana, aunque temo que pueda tan maravilloso como cruel. Pero sobre todo, quisiera morir al tiempo que lo hace nuestra estrella. Pena que no pueda ser.
Enlace a la entrevista en el blog de la autora: Dreams of my Paradise